Saludos desde China
Saludos desde Yiwu, China
Caramba, parece que estoy corriendo de un lugar a otro estos días, es como una locura ponerse al día. Me he dado cuenta de que hace meses que no paso más de 6 o 7 días en un mismo sitio.. La semana pasada estuve en Bali (en una visita relámpago) y os conté que todo era un hervidero... todo está ocurriendo a la vez... Si te lo perdiste puedes ponerte al día aquí.
El martes por la noche salí de Bali en un vuelo de China Southern con destino a Guangzhou, donde llegué a las 6 de la mañana. Allí pasé el control de inmigración tras una larga espera... en la cola de extranjeros había muy pocos occidentales (aparte de mí). Estaba un poco confuso y pensé que tal vez me había equivocado de fila. Pero luego me di cuenta, espiando los pasaportes que llevaban en la mano, de que la mayoría eran chinos americanos o chinos australianos, etc., que iban a China para reunirse con sus familias antes de la fiesta del Medio Otoño. Y eso significa que voy a tener que comer grandes cantidades de Mooncakes, sobre todo porque la mayoría de nuestros antiguos proveedores nos los van a regalar.
Pasé unas horas en Guangzhou y luego tomé un vuelo corto a Yiwu. Al aterrizar, la tripulación nos indicó (extrañamente) que cerráramos las persianas de las ventanas. Dos señoras danesas que estaban cerca de mí se enzarzaron en una pequeña discusión, insistiendo en que las persianas debían estar subidas, y se les dijo con firmeza que debían estar bajadas. Resulta (según me contó Coco más tarde) que en Yiwu hay estacionados aviones militares de alto secreto y a los paranoicos funcionarios les preocupa que los compradores extranjeros que llegan a Yiwu puedan ser en realidad espías.
Yiwu es sólo un pequeño aeropuerto, no hay muchos vuelos en estos días, y mi equipaje llegó a la cinta rápidamente, me dirigí a la salida y Coco estaba allí saltando de un pie a otro, feliz de verme. Nos dirigimos a casa, al apartamento, charlando y poniéndonos al día... a la mañana siguiente, tras ponernos al día con la familia y repartir los muchos regalos que había acumulado por el camino... nos dirigimos al mercado de Yiwu para ver a algunos proveedores.
Descubrí que el mercado de Yiwu, cumple 30 años este año y celebra el hito. Pero no es una celebración gloriosa ni mucho menos.
Puede que Bali sea un hervidero, como les conté la semana pasada, pero Yiwu está claramente plácido. Coco me cuenta que muchos comerciantes han cerrado, la pandemia estaba realmente ocupada con nuevos pedidos pero sin visitantes. Ahora sólo llegan unos pocos compradores occidentales y el negocio en general va mal. Los únicos compradores que vi fueron rusos y algunos africanos. Uno de nuestros proveedores me dijo que no compran los volúmenes que compran los europeos o los americanos y que quieren todo a precios mínimos. Tenemos un almacén y una fábrica de velas en Yiwu, y esta semana Coco ha podido renegociar el alquiler con un descuento sustancial, es la primera vez que los alquileres bajan.
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